la angustia me tortura
y en mi soledad lloro mi desventura.
Mis amigos me han abandonado,
sólo me acompaña un grupo,
una pandilla de desgraciados
que somos cómplices de mil desmanes,
he perdido la vergüenza y moral
y ahora soy una fiera, un animal
estoy al acecho, atento a mi presa
al incauto que dinero me pueda brindar,
a veces quisiera morir
y con esta tortura terminar,
no te vayas a burlar
¡pero en mi locura... me pongo a rezar!
Tengo una bella ilusión:
que las puertas del cielo se me puedan abrir
y terminar de una vez con este existir;
en realidad, así como estoy
no merezco vivir,
ver lo que me rodea
me entristece y deprime,
todo me tortura... mi cabeza va estallar
ayúdame... que en estos instantes, quiero fumar...!
J.Cavero
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